El mortero de lana de roca, perteneciente a la familia de las lanas minerales, es un producto fabricado a partir de roca volcánica y sus usos son principalmente como aislamiento térmico y como protección pasiva contra el fuego en los campos de la edificación, debido a su estructura con contenido fibroso multidireccional le permite albergar aire relativamente inmóvil en su interior.

La disposición de la lana de roca contiene aire seco y estable en su matriz, por lo que actúa como impedimento a las transferencias de calor caracterizándose por su baja conductividad térmica, la cual está entre los 0.050 y 0.031 W/m·K, aislando tanto de temperaturas bajas como elevadas.

La lana de roca es un producto no combustible, siendo Clase A1 según la clasificación europea de reacción al fuego de los materiales de la construcción (Euroclases). Se utiliza como protección pasiva contra el fuego en edificios, pues conserva sus características mecánicas intactas incluso expuesta a temperaturas superiores a 1000ºC.